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MEMORIA HISTÓRICA

Manacor retirará los símbolos franquistas de Porto Cristo antes de que termine este año

Manacor retirará los símbolos franquistas de Porto Cristo antes de que termine este año

El Pleno así lo decidió en febrero de 2003, aunque hasta la fecha no se ha habilitado ninguna partida.


El alcalde de Manacor, Antoni Pastor, anunció oficialmente que el Ayuntamiento acatará la decisión del plenario celebrado en febrero de 2003 y, antes de que termine el presente año, se procederá a la demolición de los monumentos a los caídos de la Guerra Civil instalados en Porto Cristo, instalados en homenaje a las tropas nacionales que repelieron el desembarco de los efectivos republicanos del entonces gobierno legítimo.

Uno de los macro-monumentos de la etapa preconstitucional se elevan en la bahía de Porto Cristo, la llamada 'cala Manacor', en la entrada principal del puerto al lado del Club Náutico y sus instalaciones deportivas. El segundo de ellos está ubicado en la plaza Monumento, al principio de la avenida de los Pinos. El primero es del Gobierno central y el segundo propiedad del Ejército.

El alcalde de la ciudad de los muebles se reúne hoy lunes con el delegado del Gobierno en Baleares, Ramon Socías, para preparar una reunión de la junta de seguridad y unificar criterios en materia de protección de los ciudadanos, así como establecer una unidad de acción entre los servicios de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la Policía Local de Manacor. Todo enfocado a la lucha contra la droga sobre todo en los institutos, durante los fines de semana en general, delincuencia profesional y juvenil, etcétera.

Así pues, la mencionada reunión con el delegado del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero también servirá para poner en antecedentes las pretensiones del Ayuntamiento manacorí en lo referente a la demolición de los monumentos preconstitucionales por mandato de los 21 concejales del Pleno soberano. La 'eliminación' significa el desescombro de varias toneladas de material que tendrá que ser depositarlo en algún lugar.

Conservación

Se sabe de otros monumentos que se han retirado en las mismas condiciones y, en algunos casos, se conservan las piedras de la construcción, en otros se los han llevado particulares y los menos se guardan en los cementerios. En la mayoría de situaciones el Consistorio encargado procede a la demolición de los monumentos y retira el material como cualquier otra obra. En el caso del monumento que es propiedad del Ejército se le entregará a los militares si éstos así lo solicitan.

Unanimidad política

La demolición y retirada de los dos monumentos del litoral manacorí se decidió por unanimidad en un Pleno de la pasada legislatura, cuando todavía gobernaba el 'pacto de progreso' local y el alcalde era el regionalista Miquel Riera. Sin embargo, los progresistas nunca habilitaron ninguna partida económica para realizar las obras, que a bien seguro suponen un coste de miles de euros.

El equipo de gobierno de Antoni Pastor tampoco contempla en los Presupuestos el proyecto de demolición de los dos monumentos a los caídos del bando franquista. No obstante, el primer edil habilitará una partida especial antes de final de este 2004 para cumplir con el mandato plenario. Pastor prefiere trabajar en temas más productivos y destinar el dinero de los impuestos en realidades y necesidades directas, pero tampoco está dispuesto a que la oposición utilice los monumentos como arma arrojadiza contra su partido aludiendo a que el PP se opone a su retirada.

RAFAEL GABALDÓN (El Mundo)

http://www.elmundo-eldia.com/2004/09/20/part_forana/1095631200.html

Grimau, condenado de nuevo en 1990. Franco y Fraga lo llevaron al paredón por comunista; la Sala de lo Militar del Supremo se negó a anular la sentenc

Grimau, condenado de nuevo en 1990. Franco y Fraga lo llevaron al paredón por comunista; la Sala de lo Militar del Supremo se negó a anular la sentenc

En 1990, el Estado reconoció a los herederos de los encarcelados en el franquismo el derecho a recibir pensiones. De los fusilados no dijo ni palabra. Sus viudas no sólo tienen que asumir que los ajusticiamientos de sus maridos, tras un juicio sumarísimo sin ningún tipo de garantías, no sea indemnizado. También saben que, para los tribunales, las condenas fueron legales. Lo saben por Ángela Martínez Lanzaco, la viuda de Julián Grimau, miembro del Comité Central del Partido Comunista de España, fusilado en 1963 después de terribles torturas y a pesar de las protestas del Papa. Manuel Fraga, ahora presidente de la Xunta de Galicia, era ministro de Gobernación y preparaba la famosa campaña 25 años de paz.

En 1990, la viuda de Grimau pidió su rehabilitación y la Sala Militar del Tribunal Supremo se la denegó. Muchos años después, en abril de 2002, Izquierda Unida intentó que al menos el Congreso le rehabilitara. El diputado de IU Luis Carlos Rejón señaló: "Ya está bien que en democracia y por la democracia hombres como Fraga hayan terminado rehabilitándose; eran unas personas que en su momento lucharon contra la libertad, pero sería duro que cuando ya tenemos esa democracia, esa libertad conquistada, uno de los verdugos esté rehabilitado y la víctima siga sin rehabilitar".

Como era costumbre en esos días de mayoría absoluta del PP, todos los grupos apoyaron la iniciativa salvo el mayoritario. Su diputado Manuel Atencia argumentó: "En España alcanzamos un pacto constitucional y un proceso de reconciliación nacional. Si de lo que se trata es de abrir un proceso revisionista de todo el proceso de transición política, este grupo no puede estar de acuerdo. Es un error histórico. Cuando se han cumplido más de 25 años de las primeras elecciones libres, la situación está perfectamente encajada".

No lo está para la viuda de Grimau, ni para los familiares de miles de ciudadanos ajusticiados por el régimen franquista. La viuda del dirigente comunista, que aún vive, salió muy dolida del proceso judicial. Le costó mucho esfuerzo decidirse, casi 30 años después de la muerte de su marido, a acudir a los tribunales. José Jiménez Villarejo presidía entonces, en enero de 1990, la Sala de lo Militar del Supremo y le dio la razón. Pero los otros siete magistrados no lo hicieron, y la sentencia fue terrible para la viuda.

La sala concluyó que el recurso extraordinario de revisión presentado está previsto para supuestos en los que se aporten "nuevos hechos o nuevos elementos de prueba de tal naturaleza que evidencien la inocencia del condenado". Nunca pensó que tuvieran que probar la inocencia de su marido, porque creía que no podía ser considerado legal y justo, en 1990, un juicio sumarísimo -algo que no existe en la actual legislación- que se realizó sin ningún tipo de garantías. El Supremo estaba, de facto, declarando culpable por segunda vez a Grimau.

El resto de la sentencia era aún más demoledor. Decía que el motivo principal por el que no se podía declarar nulo el consejo de guerra consistía en la necesidad de defender la "seguidad jurídica" y el "respeto a la cosa juzgada".

El Tribunal Constitucional no admitió a trámite los recursos de amparo de la viuda de Grimau y del entonces Fiscal General del Estado, Javier Moscoso, por entender que la sentencia de la Sala de lo Militar no había vulnerado derechos fundamentales de los herederos del dirigente comunista fusilado. La viuda quedó muy desanimada y no quiere más batallas, pero el PCE está tratando de convencer a la hija de Grimau para que autorice a exigir que se revise la sentencia.

Fe de Errores

En 1963, Manuel Fraga Iribarne era ministro de Información y Turismo, y no de Gobernación, como se decía en la noticia Grimau, condenado de nuevo en 1990, publicada el 20 de septiembre en la página 34.

La última cuenta pendiente de la democracia. Asociaciones de víctimas reclaman que se anulen las sentencias dictadas por los tribunales fascistas

La última cuenta pendiente de la democracia. Asociaciones de víctimas reclaman que se anulen las sentencias dictadas por los tribunales fascistas

Voluntarios de la ARMH exhuman en 2003 la fosa de Valdediós, un hospital psiquiátrico asturiano donde los falangistas mataron a enfermeras por estar sindicadas. (Foto)


La decisión del Gobierno socialista de crear una comisión interministerial para lograr la rehabilitación "moral y jurídica" de los represaliados del franquismo ha generado grandes expectativas entre las asociaciones de víctimas. Sin embargo, casi 30 años después de la muerte de Franco, los sinsabores entre quienes reclaman la recuperación de la memoria republicana y antifranquista son tan fuertes que no se conformarán con un gesto simbólico. Reclaman varios puntos, entre los que están la retirada de todos los símbolos franquistas de las ciudades y pueblos o la creación de una Comisión de la Verdad. Mientras, la familia del dirigente comunista Julián Grimau, fusilado en 1963, espera su rehabilitación, denegada en 1990.

CARLOS E. CUÉ - Madrid
"Es necesario que se entienda que la justicia es lo contrario de la venganza". Ésta es la base de todas las exigencias que plantean las asociaciones de familiares de represaliados del franquismo y exiliados. Tras ocho años de Gobierno del PP, en el que casi todas las peticiones de recuperación de la memoria histórica fueron rechazadas, en este mundo, ya muy conectado por internet, ha corrido con esperanza una noticia. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, nieto de un oficial republicano fusilado por el franquismo, ha decidido crear una Comisión Interministerial para la "rehabilitación moral y jurídica" de los represaliados.

Casi 30 años después de la muerte del dictador, las asociaciones denuncian que, por culpa de un mal entendido concepto de la reconciliación instaurado en la transición, han quedado muchas cosas sin resolver. Y por eso, después de esperar tanto, ahora van a por todas y han elaborado un listado de exigencias que presentarán al Gobierno cuando sean citadas, en las próximas semanas. Éste es un extracto de las reclamaciones del Equipo Nizkor, un grupo de derechos humanos que ha elaborado un documento, La Cuestión de la Impunidad en España y los crímenes franquistas, suscrito por 15 organizaciones, y de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que en los últimos tres años, y sin ningún tipo de ayuda oficial, ha reabierto fosas por toda España hasta recuperar más de 300 cuerpos de paseados.

- Anular la justicia de la dictadura. "España es el único país de Europa que no ha anulado las leyes de un régimen del Eje fascista de los años 40", señala Gregorio Dionis, director del equipo Nizkor. Esas leyes, según recuerdan los tribunales españoles a quienes acuden a ellos, no han sido revisadas, sino sustituidas por otras. Pero cualquier consejo de guerra o juicio sumarísimo del franquismo se considera, a todos los efectos, legal. En los archivos militares figuran unas 500.000 personas que sufrieron prisión y otras 150.000 que murieron fusiladas, según datos aportados por el PSOE en una proposición no de ley presentada hace un año y rechazada por el PP. Todos ellos cometieron el delito de "auxilio a la rebelión". Un sarcasmo del franquismo que consistió en acusar de sedición a quienes habían defendido el orden constitucional sancionado por unas elecciones democráticas.

Basándose en una resolución de la o­nU de 1946, el equipo Nizkor concluye que Naciones Unidas declaró el "carácter criminal" del régimen franquista. Una resolución posterior, de 1950, no anuló esta consideración. Por tanto el equipo Nizkor exige "declarar la nulidad de todos juicios penales y militares por arbitrarios e ilegales" y todas las leyes franquistas.

Cada uno de los miles de casos tiene una familia detrás, unos hijos que, en su mayoría, aún viven. Como Teresa Forjas, hija de dos fusilados en Madrid un 28 de diciembre de 1939, día de los Santos Inocentes. En el libro La Memoria de los Olvidados (Ámbito), cuenta cómo los encontró: "Nos llamaron para darnos los papeles de la tumba de cada uno. Con 16 años, fui a sacar los cadáveres. El de mi padre me hizo sensación, pero más el de mi madre, porque no había calavera, sino un trozo de huesos con pelo. Mi madre no murió del tiro y le machacaron la cabeza a culatazos. Yo lo siento mucho en el alma, pero ni olvido, ni perdono". Estos dos fusilamientos, como todos lo demás, son considerados legales por el orden jurídico español. Sólo una ley específica puede anularlos.

- El Estado debe ocuparse de reabrir las fosas. Hasta ahora, con el único apoyo de las familias y algunos ayuntamientos voluntariosos -siempre gobernados por la izquierda- la ARMH y el Foro por la Memoria, vinculado al PCE, han reabierto fosas por toda España. Algunas víctimas las han identificado con el método del ADN. Se han sacado más de 300 cuerpos. Pero sólo la ARMH tiene más de 2.000 peticiones sin atender, y se estima que hay 30.000 personas sepultadas en cunetas de media España. Es un asunto que supera por completo las posibilidades de las asociaciones. Por eso exigen al Ejecutivo que "elabore una ley de exhumaciones y fije los procedimientos acordes con el derecho internacional de derechos humanos". Además se insta al Gobierno a "poner a disposición de las familias de desaparecidos laboratorios genéticos en los que se puedan practicar las pruebas de identificación por ADN". Y, sobre todo, que se haga cargo de este problema con los medios de la Administración.

El libro Las Fosas de Franco (Temas de hoy) está repleto de historias de personas, algunas muy mayores, cuya última voluntad consiste en sacar a sus seres queridos de una fosa común para honrar su memoria y enterrarlos donde desea la familia. Ángel Garrido y Domingo Pérez fueron sepultados en una fosa común con otras 420 personas en el cementerio de Talavera de la Reina (Toledo) tras un consejo de guerra. La familia nunca lo supo. Los hijos pudieron descubrirlo y colocar una placa hace poco. Pero las dos viudas murieron antes, una en 2001. Sesenta años buscando sin saber que sus maridos estaban a 25 kilómetros de su pueblo, porque nadie les ayudó, ni siquiera en democracia.

Esther Domingo tenía seis meses cuando desapareció su padre en Lleida. Supo la verdad al cumplir los 13. Cuenta su ilusión y su miedo: "Quiero que se reconozca la lucha que ha llevado toda esa gente en silencio. Si él hubiese sido un héroe nacional y no estuviera como un perro tirado por ahí, yo hubiera tenido la posibilidad de estudiar una carrera y muchas cosas más. Para nosotros esto supone mucho, después de 60 años, y nos ilusiona la idea de poder recuperar su cuerpo algún día, como creo que a tanta gente, pero seguro que hay alguien que intentará que esto no llegue a salir a la luz".

No hay legislación sobre esto. Tanto que en una reciente exhumación de tres mujeres asesinadas en una saca en Candeleda (Ávila), la alcaldesa de su pueblo, Poyales del Hoyo, puso problemas para enterrarlas porque en el registro civil no constaban esas defunciones y se negó a buscar un lugar especial en el cementerio porque las consideraba como unas muertas más.

La obsesión del franquismo por borrar todo vestigio del pasado y humillar todo lo posible a los vencidos le llevó no sólo a enterrarlos en fosas comunes inmundas, sino a esconderlas. En la Sima de Jinámar, en Gran Canaria, eran lanzados multitud de fusilados. Después de sellarla, la dinamitaron para borrar todos los vestigios. Y luego la utilizaron como vertedero municipal. Los cadáveres que ahora buscan los familiares están debajo de toneladas de escombros, como sucede en otros muchos lugares de España.

Aún hoy, por ejemplo en Cartagena, la tierra del anterior responsable de Defensa, Federico Trillo, este ministerio niega la reclamación de la familia de uno de los 51 militares republicanos enterrados en la llamada Zona X, una fosa común dentro del cementerio de la localidad. El anterior responsable de Defensa llegó incluso a negar la existencia de esa fosa, de la que hay constancia documental.

- Retirada de todos los símbolos franquistas. Es, sin duda, el asunto que levanta mayor polémica. De hecho, el Gobierno ni siquiera lo ha citado al anunciar la creación de una comisión interministerial. Y sin embargo todas las reclamaciones exigen la retirada de los símbolos de la dictadura. No sólo del callejero de miles de ciudades y pueblos en toda España, que sigue honrando a generales sublevados y torturadores. La semana pasada, el diputado socialista Alfonso Guerra, presidente de la Fundación Pablo Iglesias, admitía en los pasillos del Congreso la dificultad de convencer a muchos gobiernos locales -el alcalde de A Coruña, el socialista Francisco Vázquez, rechazó recientemente una proposición del BNG en este sentido-. "En Alemania o Francia esto ni se plantea, pero éste es un país muy complicado, hay que ir con cuidado y poco a poco", comentaba Guerra.

Además de las calles, el dictador tiene todavía casi una decena de estatuas a la vista del público, algo implanteable en Francia, Italia o Alemania. El profesor de la Uned Jesús de Andrés se ha dedicado a catalogarlas y estudiarlas. Hay una muy conocida en Madrid, frente a Nuevos Ministerios, otra en la Capitanía General de Valencia, otra en la Plaza del Ayuntamiento de Santander, otra en una plaza de Guadalajara, Melilla, Academia Militar de Zaragoza.

- Valle de los Caídos. Pero el monumento que más discordia siembra es el Valle de los Caídos. Veinte años costó construir la que acabaría siendo la descomunal tumba de José Antonio y el propio Franco, que allí descansa. Pocos españoles lo visitan, aunque se ve desde casi toda la sierra madrileña. Más bien son extranjeros que llegan a un monumento único: un país democrático honra a su último dictador con un costosísimo mausoleo mantenido por Patrimonio del Estado.

Más de 1.200 presos políticos sudaron para construir ese monumento que les recordaba cada día, y para siempre, su derrota. Nadie pide que se derribe. La ARMH reclama sencillamente que una placa y una exposición en la nave central recuerde a esos 1.200 presos que perdieron entre esas piedras su juventud y su salud. Nada recuerda ahora mismo que ese monumento a los "caídos por Dios y por España" lo construyeron los del otro bando, trabajando en un régimen de redención de penas prácticamente esclavista.

También se reclama la "señalización de todas las obras públicas o privadas construidas por presos políticos así como la previsión de indemnizaciones a los supervivientes a las que deberían contribuir todas aquellas empresas privadas que se vieron enriquecidas por el trabajo de una mano de obra forzada".

Porque no sólo Franco utilizó a estos esclavos, también dejó que los usaran los empresarios más cercanos al régimen. Para ver el dolor que causan los símbolos franquistas, basta recordar a Mari Carmen Ponce, de Orbe (A Coruña). Su padre, un guerrillero, fue asesinado cuando ella tenía cinco años. La mujer sigue en el mismo pueblo, en la misma casa. Aún hoy, su calle se llama del Generalísimo.

- Gran acto público y Comisión de la Verdad. Es algo que nunca se hizo en España. Sólo la ARMH y un grupo de artistas, por su cuenta y riesgo, organizaron este verano en Rivas-Vaciamadrid, gobernado por IU con apoyo del PSOE, un gran acto de reconocimiento a los que lucharon por preservar la II República, el régimen constitucional. Ni el Estado, oficialmente, ni el Gobierno han hecho ningún homenaje. También eso piden. Y una Comisión de la Verdad, como en Argentina, que haga una gran investigación de la Guerra Civil y asiente una verdad única, aprobada por el Parlamento, para evitar las "tesis revisionistas" que han tenido éxito editorial últimamente, como la de Pío Moa.

También exigen que en los colegios españoles se dé más importancia al periodo de la represión en los programas de historia que siguen los niños. Y que se cree un museo de la Guerra Civil.

El equipo Nizkor concluye: "Ninguna sociedad puede sobrevivir al desconocimiento de su propia historia, por horrible que esta sea".

CARLOS E. CUÉ (EL País)

La libertad en el “contubernio de Munich”

La libertad en el “contubernio de Munich”

El diario falangista Arriba calificó la reunión como el "contubernio de Munich", pero para los 118 políticos españoles, de todas las tendencias, del interior y del exilio, que participaron, fue un acto de reconciliación. Madariaga, el 8 de junio de 1962, sintetizó aquel espíritu.
En circunstancias normales habría ocupado vuestra atención con opiniones sobre el tema general de este congreso: la democratización de las instituciones europeas, como vocal de la junta ejecutiva del Movimiento Europeo o como presidente de su Comisión de Cultura. Pero la ocasión me impone el deber de consagrar todo mi tiempo a la situación de España.

Hace poco decía Jean Rey en su admirable discurso que este congreso marcaría un día histórico en la evolución hacia Europa. Yo os aseguro que en la historia de España, el congreso de Munich será un día singular y preclaro. La guerra civil que comenzó en España el 18 de julio de 1936, y que el régimen ha mantenido artificialmente con la censura, el monopolio de la prensa y radio y los desfiles de la victoria, la guerra civil terminó en Munich anteayer, 6 de junio de 1962.

La delegación española a este congreso europeo es, con mucho, la más numerosa de todas. Ciento dieciocho españoles, ochenta del interior, treinta y ocho del destierro, se han reunido aquí para dar fe de su europeísmo. Con la modestia que conviene a un desterrado, yo me inclino ante estos ochenta que han venido de allá. Ni uno de ellos pudo hacerlo sin primero echar una mirada grave a su familia, a su profesión... Me he impuesto una severa regla de moderación y reserva al subir a esta tribuna y no diré más sobre este tema espinoso. Los que antaño escogimos la libertad perdiendo la tierra y los que escogimos la tierra perdiendo la libertad nos hemos reunido para otear el camino que nos lleve juntos a la tierra y a la libertad.

Aquí estamos todos menos los totalitarios de ambos lados; y mi amigo Gil-Robles que hablará después lo hará no sólo por los suyos, sino por todos los que de allá han venido y por nosotros los de fuera también. La coincidencia de miras ha sido tal que en el proceso de redacción de la resolución que voy a presentar a la asamblea, las dos veces que se discutió el texto sirvió de base el que traían los españoles del interior.

Leeré ahora esta resolución, que entiéndase bien, presentan los ciento dieciocho españoles unánimes, apoyados por los tres movimientos europeos, el socialista, el liberal y el cristiano demócrata.

El congreso del Movimiento Europeo reunido en Munich los días 7 y 8 de junio de 1962 estima que la integración, ya en forma de adhesión, ya de asociación de todo país a Europa, exige de cada uno de ellos instituciones democráticas, lo que significa en el caso de España, de acuerdo con la Convención Europea de los Derechos del Hombre y la Carta Social Europea, lo siguiente:

No voy a leer el detalle de lo que esto significa, ya que para una asamblea de europeos libres sería demasiado evidente. A la enumeración que omito por innecesaria, sigue el párrafo final que paso a leer:

El Congreso tiene la fundada esperanza de que la evolución con arreglo a las anteriores bases permitirá la incorporación de España a Europa, de la que es un elemento esencial; y toma nota de que todos los delegados españoles, presentes en el Congreso, expresan su firme convencimiento de que la inmensa mayoría de los españoles desean que esta evolución se lleve a cabo de acuerdo con las normas de la prudencia política, con el ritmo más rápido que las circunstancias permitan, con sinceridad por parte de todos y con el compromiso de renunciar a toda violencia activa o pasiva antes, durante y después del proceso evolutivo.

Así pues hemos venido aquí los españoles para cooperar a la incorporación de España a Europa. ¿Qué España? ¿Qué Europa? Puesto que me he impuesto una severa disciplina, en cuanto a España sólo diré una cosa, la España de que se trata es la verdadera. Y no diré más. En cuanto a Europa, es la que se crea al confluir las dos grandes tradiciones: la socrática, que pide libertad de pensamiento, y la cristiana, que pide respeto para la persona humana. Y por lo tanto, nosotros los españoles hemos venido aquí a hacer constar que no es admisible en Europa un régimen que todos los días envenena a sócrates y crucifica a Jesucristo.

Mucho se ha hablado aquí del mercado Común y del precio del carbón y del acero. No seré yo quien niegue su importancia, pero Europa no es sólo eso. Europa no es sólo un mercado común y el precio del carbón y del acero; es también y sobre todo una fe común y el precio del hombre y de la libertad.

Y si mañana los mercaderes volviesen a instalarse en el templo de la libertad, esta vez no sería el Cristo de blanco vestido quien los echaría a latigazos, sino un Anticristo de rojo que los sepultaría bajo las ruinas del templo y de la libertad.

Y se dirá: “Pero no hay que mezclarse en los asuntos interiores de ningún país” ¡Qué singular argumento! Pues, ¿qué hacemos aquí? ¿No estamos aquí para afirmar la unidad orgánica de Europa? Y si Europa no es más que un solo cuerpo europeo, ¿no le va a interesar lo que pasa en ese miembro suyo que es España? Claro que ninguna nación europea va a perder el tiempo en inmiscuirse en los pequeños detalles de la vida interior de los demás. Pero, ¿no va Europa a considerar la libertad para todos sus miembros? Y si Madame de Sévigné podía escribir a su hija: “Me duele tu estómago”, ¿por qué no ha de decirle Europa a España: “Me duele tu dictadura”?

La opresión es indivisible, como lo es la libertad. No hablaré de lo opresores de hoy, puesto que me he impuesto esta disciplina. hablaré de los de ayer: Lenin, Stalin, Mussolini, Hitler. ¿Creéis acaso que estos tiranos de ayer eran enemigos de la libertad? ¡Qué error más garrafal! Lejos de ser enemigos de la libertad, la ansían tanto que, no contentos con la suya, se quedan con la de todos los demás.

Si toleráis un tirano en cualquier provincia de Europa, la española o la yugoslava, ¿quién os dice que mañana no intentará quedarse también con vuestra libertad, por ejemplo ejerciendo presiones diplomáticas y consulares para que en vuestras asambleas no se discutan tales temas ni se presenten tales resoluciones?

No. No nos rindamos a tan falaces argumentos. Nada que concierna la vida constitucional de ninguna de sus provincias puede ser indiferente a Europa. Aquí hemos venido ciento dieciocho españoles para deciros que España quiere aportar a Europa los dones de que la dotaron la naturaleza y la historia para enriquecer el acervo común. España quiere darse a Europa. pero para darse hay que pertenecerse. España quiere pertenecerse, ser dueña de su voluntad para unirse a Europa. España viene a vosotros, según el verso del gran poeta francés:

Vetue de probité candide et de lin blanc, con las manos tendidas. Abrid los brazos para recibirla.

SALVADOR DE MADARIAGA

'Las fosas de Franco' se editará en Estados Unidos y Francia

'Las fosas de Franco' se editará en Estados Unidos y Francia

HA VENDIDO 30.000 EJEMPLARES EN ESPAÑA


La editorial americana North Atlantic Books editará en Estados Unidos el libro 'Las fosas de Franco. Los republicanos que el dictador dejó en la cuneta', de Emilio Silva y Santiago Macías. El libro ha obtenido un gran éxito de público en España, con 30.000 ejemplares vendidos desde que Temas de Hoy lo publicó en marzo de 2003. También está previsto que la editorial Calmann-Lévy lo edite en Francia el próximo año.

'Las fosas de Franco' narra la historia del abuelo de Emilio Silva -la primera víctima de la Guerra Civil reconocida a través de la prueba del ADN-, fusilado en 1936 y enterrado en una fosa común en Priaranza del Bierzo. Éste y otros casos, que se dan por toda España, son la base de la creación de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, de la que Silva y Macías son fundadores.

Precisamente, el Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes un real decreto por el que se constituye una Comisión Interministerial para el estudio de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, cuyo cometido será elaborar un informe sobre las personas que fueron represaliadas "por su compromiso con la democracia".

El objetivo de este informe es redactar un anteproyecto de ley por el que se "rehabilitará moral y jurídicamente" a los afectados, entre los que se encuentran los miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

El Mundo Libro

Lo mataron pero no se rindió

Lo mataron pero no se rindió

El pasado 13 de septiembre se cumplian 35 años de la muerte del mítico guerrillero Guido Alvaro Peredo Leigue (Inti). La boliviana Anna Elena Recacoechea, compañera de luchas y madre de su primer hijo, narra cómo lo capturaron, torturaron y asesinaron en la capital de su país natal.

'El Inti que yo conocí fue uno de los hombres más revolucionarios y más grandes que ha tenido la historia de Bolivia'. Así comienza el testimonio de Anna Elena Harvey de Recacoechea, en su casa del reparto capitalino de Bahía, en La Habana del Este, donde radica el Comité de Defensa de la Revolución que lleva el nombre del mítico guerrillero.

'Inti murió cuando estaba preparando la segunda guerrilla en las selvas de mi tierra boliviana. Yo fui una de sus compañeras de lucha en el seno del Partido, y lo recuerdo con la misma claridad que cuando compartíamos una reunión, cumplíamos una tarea partidista, y sobre todo el amor que sentía por su hijo Peter Inti.

El se entregó en cuerpo y alma a organizar un nuevo frente guerrillero, tal como había prometido, luego de la dolorosa muerte del Che. Claro, lo hizo en la más absoluta clandestinidad y eran muy pocos los que sabían dónde estaba cuando lo fueron a buscar'.

Dice Anna que le dieron un cuartico pequeño, en la parte de afuera de la edificación donde se encontraba, exactamente en el número 584 de la calle Santa Cruz, entre Isaac Tamayo y Max Paredes, en La Paz.

'Su muerte fue el resultado de una infame delación en la que no fue uno solo el delator. Lo he pensado siempre y ahora insisto en eso, porque cuando dieron con el sitio exacto donde se refugiaba, estaba solo, como para que nadie más peligrara en ese combate a muerte que sostuvo. Para mí, uno de los traidores estuvo en esa casa donde Inti creyó que estaba seguro.

'Si, la prensa reaccionaria publicó que fueron solo 12 ó 13 automóviles los utilizados por la Policía y el Ejército que rodearon la casa donde Inti se protegía, pero en verdad los cuerpos represivos llevaron al lugar varios camiones repletos de militares armados hasta los dientes: 150 fieras contra un hombre, 150 contra uno solo'.

Cuenta Anna que Inti se batió a tiros contra esa fuerza superior en número y armas: 'Resistió el ataque durante una hora y solo pudieron capturarlo vivo, porque su pistola Browning se le quedó sin balas, su fusil M-1 se le encasquilló, y la granada que él se proponía guardar para volar junto a sus captores antes de caer en poder del enemigo, alguno de los traidores se la llevó de la casa sin que él se percatara del hecho. Siempre he estado convencida de eso, porque él dijo que así actuaría en tal caso, pero lo sorprendieron sin que él pudiera darse cuenta de ese detalle de la traición.

'Ello explica porqué cayó en manos de los verdugos, encabezados por el sanguinario Roberto Toto Quintanilla, quien personalmente lo torturó en forma criminal. Yo me sé de memoria este triste y doloroso episodio del 9 de septiembre de 1969, hace 35 años, no solo porque Inti era una de las personalidades más valiosas de la historia de Bolivia, un revolucionario de altísimo calibre, sin duda la mano derecha del Che en la histórica guerrilla, sino también porque fue mi compañero del Partido, mi amigo, mi hermano, y el padre de mi único hijo, de Peter Inti. Le pusimos Peter por Tchaicovski e Inti por él.

'Quiero insistir en que lo sacaron vivo, herido de bala, y que pudieron haberlo salvado, operándolo, pero no recibió alguna atención médica. Al contrario, lo llevaron enseguida para un campo de concentración de los que crearon cuando Hugo Banzer estuvo en el gobierno, de esos que ayudó a construir el nazi Klaus Barbie en La Paz, ubicado en Achocalla.

'Salvajemente lo torturó Toto Quintanilla. El mismo que le mandó a cortar las manos al cadáver del Che. Lo golpeó de modo brutal y con un culatazo de su fusil le destrozó la columna cervical. Después lo presentaron a la prensa como muerto en combate, pero fueron claras las señales de las brutales torturas a que fue sometido, porque no habló ni una sola palabra. Querían saber, por supuesto, quiénes formaban parte del grupo que se alzaría de nuevo en las montañas.

III

'Cuando murió Inti y se publicó la falsa noticia de que había caído en combate, nos reunimos la familia y los compañeros del Partido. Estaba allí mi niño, que tenía entonces cinco años. Después no hubo sepelio, ni entierro masivo, ni nada. Tuvieron miedo al pueblo, como siempre les ocurre a las tiranías.

'Se hicieron muchas gestiones, pero todo resultó inútil. Varios días después nos avisaron para que acudiéramos a la iglesia del cementerio. Solo permitieron que fuéramos cinco mujeres y dos hombres. En cuanto llegamos nos mostraron el ataúd y abrieron el cristal para que confirmáramos que era él. Para mí fue tremendo verlo muerto, aquel hombre que parecía no tener muerte. Allí estaba la esposa de un primo hermano de Inti que era como su hermano. Por parte del gobierno vi a Benavides, el Jefe de la Inteligencia. La familia se llevó el cadáver para la estancia Las Perlas, en El Beni, donde hoy se conservan sus restos. Recuerdo que murió a los 17 días de cumplirse el segundo aniversario de la muerte de su hermano Coco Peredo'.

Cuenta Anna que le llamó mucho la atención que Adolfo Siles Salinas, el presidente de Bolivia al morir Barrientos, comentó que Inti 'era un rebelde con causa'.

'Recuerdo que era alto de estatura, y tenía 32 años cuando fue asesinado. Tenía una personalidad muy sólida'.

'Ingresé al Partido Comunista donde él también militaba. Partió a cumplir una misión al exterior y al regresar fue que lo conocí. Yo escuchaba hablar del camarada Inti, del camarada Inti, hasta que un día lo tuve frente a mí. Comenzamos a charlar. Era muy introvertido.

'Nosotros hacíamos trabajos del Partido, pirueteábamos el periódico, hacíamos reuniones, pues estuvimos en la misma célula. Estoy hablando de finales de la década del 50, antes de que él iniciara los preparativos para la guerrilla del Che.

'Yo no sabía dónde estaba. Me enteré por una noticia de Radio FIDES, de La Paz, una emisora religiosa, donde se anunció su muerte. Eso fue en junio de 1967. Se pidió que sus familiares acudieran a la Policía para recoger algunas de sus pertenencias. Entonces me llamaron los compañeros del Partido y me dijeron que no creyera tal falsedad.

'Esa noticia era una trampa. También era falso que había muerto. El presidente Barrientos, en un sucio simulacro, condecoró al supuesto matador del guerrillero.

Escrito por el Che, el Comunicado No. 4 del ELNB, dio un rotundo mentís a lo anunciado: 'Inti Peredo, efectivamente, es miembro de la Jefatura de nuestro ejército, donde ocupa el cargo de Comisario Político y bajo su mando estuvieron recientes acciones. Goza de buena salud y no ha sido tocado por las balas enemigas; el infundio de su muerte es el ejemplo palpable de las mentiras absurdas que riega el ejército en su impotencia para luchar contra nuestras fuerzas'.

IV

Ciertamente Inti llega a convertirse para unos en consigna, para otros en leyenda, y para el imperialismo norteamericano en una pesadilla. Tan es así que en un afiche que el ejército y la CIA distribuyeron por todo el país, pedían por él una recompensa altísima.

Inti era hijo del escritor boliviano Rómulo Peredo. De acuerdo con su esposa, Selvira Leigue, le ponen al niño una porción del nombre de un personaje de su novela Aillo Inti, o familia del Sol. En quechua Inti significa Sol. Nació en Cochabamba, el 30 de abril de 1937 y de muy niño sus padres lo llevan para Trinidad, departamento de El Beni.

Se convierte en cuadro de la Juventud Comunista, llega a ser su secretario general en Trinidad, e integra en 1950 el grupo de jóvenes fundadores del Partido Comunista en El Beni. De simple militante, alcanza la membresía del Comité Central hasta su ruptura con la línea claudicante impuesta por Mario Monje, entonces máximo dirigente partidista.

Viaja a Chile a estudiar en la escuela de cuadros del Partido, y después a Moscú. En 1963 presta valiosa ayuda en la organización y apoyo logístico a la guerrilla de Salta, en Argentina, encabezada por el periodista Jorge Ricardo Masetti y colabora con los revolucionarios peruanos.

En marzo de 1966, José María Martínez Tamayo (Ricardo), contacta con Inti para iniciar los preparativos del frente guerrillero en Bolivia. Ya en mayo elabora un informe para un Congreso del Partido donde plantea la necesidad de la lucha armada.

Se decide su viaje a Cuba y el 25 de julio de aquel año viaja a la Isla con nueve militantes. En octubre reciben la orden del citado dirigente del Partido de regresar a Bolivia, lo que cumplen solo por disciplina.

Llega a Cochabamba el 12 de noviembre y 15 días después se une en la selva a la guerrilla del Che. Cuando el 31 de diciembre Monje, en Ñacahuazu los conmina a dejar la lucha, encuentra en Inti y los demás la negativa a esa actitud traidora.

'Yo escuché por casualidad la noticia verdadera de su muerte, cuando estaba estudiando en la Escuela Normal para Maestros, donde era secretaria comercial.

'Inti, tras el asesinato del Che en la escuelita de La Higuera, fue uno de los pocos que logró salir del laberinto de la jungla, al asfalto de la ciudad y se convirtió en el reorganizador del ELNB.

'Los guerrilleros que pudieron burlar el cerco, hicieron un juramento: continuar la lucha. Logran salir, después de un montón de peripecias y por gestiones clandestinas de Inti, llegan hasta el lugar de la frontera con Chile donde los recibe el entonces senador chileno Salvador Allende.

'Inti después se va a Oruro, más tarde a La Paz, y posteriormente a Cochabamba, todo en el más absoluto secreto. Preparó la segunda guerrilla y decidió marchar a Cuba. Al regreso lanza su Manifiesto en el que dice: "Volveremos a las montañas", en el que anuncia el reinicio de la lucha'.

'Ese llamamiento hizo que el gobierno arreciara su búsqueda y desatara una fuerte ofensiva para capturarlo, pero como volvió de Cuba más grueso, con otro aspecto -'pues él era más bien delgado-', no lo reconocían fácilmente. La traición fue lo único que lo puso en manos del enemigo, porque él actuaba como un artista del clandestinaje.

'Ya no puedo precisar exactamente la última vez que lo vi ni tampoco el lugar, pero no he podido olvidar su valor y su entereza. A 35 años de su muerte heroica, solo me tranquiliza pensar que fue un hombre del Che, que no traicionó nunca a su jefe ni a su pueblo, y que cada vez que se diga Inti, como en quechua significa Sol, me parecerá que se dirá: el Sol sigue alumbrando la lucha'.

Es el momento de la memoria

Es el momento de la memoria

El inesperado triunfo del partido socialista, el 14-M, generó una serie de expectativas lógicas en torno al desarrollo de políticas progresistas. Estas expectativas también contemplaban la "recuperación de la memoria histórica" en nuestro país a partir de la proclamación de la II República e incluye lo acontecido con el levantamiento militar y la represión franquista.

Eso es lo que puede explicar por qué en los últimos meses han tenido una gran proyección mediática las reivindicaciones de las asociaciones de víctimas del franquismo, el debate sobre los "papeles" del Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca y las resoluciones aprobadas recientemente en el Parlamento, en el congreso del PSOE y en reunión del Consejo de Ministros. Esta reacción, además, se produce en primer lugar porque resulta manifiestamente mejorable el reconocimiento de los que sufrieron la represión franquista. Es hora de reconocer que el primer gobierno socialista no abordó este problema en profundidad, al considerar que se trataba de un asunto delicado y que resultaba inconveniente el abordarlo políticamente y contraproducente desde el punto de vista de la convivencia ciudadana. Paralelamente es justo reconocer que no se produjo en la década de los ochenta la demanda, sobre la recuperación de la memoria histórica, que se produce actualmente y que lo que se hizo en esa etapa no tuvo el alcance esperado en la opinión pública y en los medios de comunicación.

En segundo lugar está influyendo considerablemente la constatación de que la derecha política ha intentado en los últimos años, y sigue intentando, recuperar su "memoria histórica" en función de sus intereses partidistas con el propósito de condicionar el voto de los "nietos de los abuelos" que sufrieron la represión franquista. Todo ello sin ningún escrúpulo y rigor histórico con lo que aconteció en aquel entonces.

Como ejemplo nos debemos remitir al libro del apologista de la justificación de la guerra civil, Pío Moa, que culpa a la izquierda, a la República, y particularmente a Francisco Largo Caballero de todos los males que "justificaron" el levantamiento militar.

De la etapa anterior a la II República resulta significativo el esfuerzo por recuperar la imagen de políticos conservadores como Cánovas del Castillo y Eduardo Dato. Este último incluso ya cuenta con un monumento en la entrada del Ministerio de Trabajo inaugurado en la etapa del ministro Zaplana.

Por eso la democracia debe cerrar definitivamente este capítulo en positivo y de una manera justa y razonable, de lo contrario lo harán en negativo los enemigos de la democracia.

En este sentido la educación resulta fundamental. Los jóvenes no saben lo que ocurrió realmente en ese periodo de la historia de nuestro país. No conocen a Franco porque no se ha enseñado en las escuelas lo que aconteció en esa etapa, y si no se conoce la historia es difícil construir el futuro y evitar los horrores de la guerra que cada vez afecta a más civiles y, particularmente, a las mujeres y los niños.

Paradójicamente en un Estado laico se debate más sobre la enseñanza de la religión que sobre la enseñanza de lo que ocurrió en nuestro país hace más de 60 años. Incluso los jóvenes, en las últimas décadas, han conocido más las semblanzas de Don Pelayo, el Cid Campeador, Isabel la Católica, a los reyes de la Casa de los Austrias y de los Borbones... que la historia de los movimientos sociales y particularmente del movimiento obrero en el siglo XX, y desde luego no conocen los logros de la II República, ni el drama de la represión que vivieron miles y miles de familias, en el interior y en el exilio, bajo la bota franquista. Por eso tenemos que aplaudir, entre otras reivindicaciones, "la revisión y preparación de los libros de texto no actualizados, a todos los niveles de la enseñanza, con el relato de la realidad de la II República, Guerra Civil, imposición de la dictadura tras el golpe de estado y la represión ejercida durante décadas, estableciendo los tiempos lectivos o de difusión necesarios", propuesto por la asociación AFAR II República.

También se debe establecer un marco legal para que actúe la justicia dejando sin efecto los consejos de guerra sumarísimos celebrados durante la Guerra Civil, y una vez terminada ésta, como plantea el magistrado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín.

Hemos asistido en estos últimos años, con esperanza, a un gran protagonismo de la justicia española en la persecución de la violencia y la represión llevada a cabo en países de América Latina, concretamente y sobre todo en Chile -caso Pinochet- y en Argentina. Paradójicamente no se han levantado las mismas voces en la persecución de la depuración de los violentos y de los crímenes de guerra cometidos en nuestro país. Todavía, incluso en las plazas de los pueblos y en las fachadas de algunas iglesias, encontramos monumentos anacrónicos y homenajes a los caídos por Dios y por España del bando mal llamado nacional, lo que resulta verdaderamente incomprensible que pueda ocurrir en un país democrático integrado plenamente en la Unión Europea, como lamentable resulta la decisión que tomó en su día el Ayuntamiento de A Coruña, presidido por el socialista Francisco Vázquez, de rechazar una moción del BNG en la que se proponía la retirada de las imágenes y los nombres de los sublevados en 1936.

En este sentido nos sentimos solidarios con el informe NIZKOR, firmado por 17 asociaciones, cuando piden "declarar por Ley la nulidad de todas las acciones legales del régimen franquista, haciendo mención expresa a las Resoluciones de las Naciones Unidas adoptadas por unanimidad por la Asamblea General de la ONU, el 9 de febrero de 1946 (Res. 21(I)) y el 12 de diciembre de 1946 (Res. 39(I)), y a su carácter criminal según las normas de derecho internacional. Así como declarar la nulidad de todos los juicios penales y militares por arbitrarios e ilegales, adoptando las medidas adecuadas para el resarcimiento proporcional y actualizado de las víctimas, así como la reconstrucción de los archivos penales y judiciales afectados".

En el plano económico y social todavía comprobamos con sonrojo que algunas personas que sufrieron la separación de sus familias y el exilio -los llamados "niños de la guerra"- se encuentran con pensiones de miseria que no podemos aceptar sin escandalizarnos.

Tampoco la jerarquía de la iglesia ha cerrado esta etapa, desde la autocrítica y la responsabilidad histórica, donde intervino activamente a favor de los vencedores. Por lo tanto ya es hora de que respete la verdad y reconozca que los perdedores cumplieron escrupulosamente la legalidad de la Segunda República. Sin ningún tipo de "vendeta", pero con una decisión clara y terminante que ayude a la reconciliación definitiva. Para ello lo primero que tiene que hacer es pedir perdón al pueblo español por su apoyo nacional e internacional al régimen franquista.

JOSÉ ANTONIO SARACÍBAR SAÚTUA

Por otra parte, y a pesar de lo dicho, es justo reconocer la responsabilidad puesta de manifiesto en los últimos 30 años por el mundo progresista: las gentes de la universidad en general, de la cultura, de los partidos de izquierda, de los sindicatos, de algunos medios de comunicación y de asociaciones de todo tipo que han abordado esta etapa de nuestra historia con rigor y con seriedad, sin pretender abrir heridas. Precisamente se trata de todo lo contrario, de cerrar esta etapa en positivo para no seguir hablando más de las dos Españas. Ahora, es el momento de resolver este problema. Una nueva demora no tendría ninguna justificación. Desde luego el Gobierno y los partidos de centro-izquierda no lo pueden hacer todo, por eso deben ayudar en lo posible a las asociaciones, fundaciones y organizaciones que tienen como misión fundamental recuperar la verdad de lo que ocurrió en aquel entonces, impulsando y animando el desarrollo de políticas tendentes a recuperar la memoria histórica en sus ámbitos correspondientes.

Para ello hay que impulsar las medidas necesarias que pongan remedio a la actual situación en el marco político, jurídico, educativo y asociativo. Ello daría paso a un gran homenaje de la sociedad civil a las víctimas del franquismo, con la participación directa de todos los implicados en esta parte de nuestra historia, aprovechando que en este año 2004 conmemoramos el 65º aniversario de la terminación de la Guerra Civil.

Homenaje franquista en Huesca

Homenaje franquista en Huesca

El alcalde socialista de Huesca, Fernando Elboj, que goza de mayoría absoluta en el Ayuntamiento de la ciudad, ha decidido rendir un homenaje y erigir una gran estatua a la memoria del ex alcalde Vicente Campo Palacio, que no sólo rigió los destinos municipales en plena dictadura franquista entre los férreos años 1947-53, sino que ya antes había sido máximo regidor municipal, y concejal, con la otra dictadura, la de Primo de Rivera entre 1927 y 1930. Este hecho, no sólo es profundamente antidemocrático, anacrónico y hasta provocador, también es de todo punto innecesario. Vicente Campo tiene ya dedicada una importante calle en la ciudad y un busto en el parque municipal, donde también se piensa ubicar la estatua. Nuestro alcalde actual, que además es profesor de Historia, considera que Campo Palacio fue el mejor alcalde que ha tenido la ciudad, distinguiéndose por sus desvelos al servicio de sus conciudadanos. Los hechos, sin embargo, no prueban esta supuesta sensibilidad del!
alcalde franquista con sus vecinos, y sí la colaboración total y absoluta de Campo Palacio, nacionalcatólico a machamartillo, con "la gran obra de alcanzar la España una, grande y libre que soñara José Antonio y que hoy siente, con sentido heroico, nuestro gran caudillo Franco", según afirmó el día de su segunda toma de posesión, tras declarar: "Hoy vuelvo a ocupar este sitial sin ningún prejuicio".

Pero con ser inexplicable este reconocimiento, lo es menos todavía si consideramos que la escultura con que se piensa recordar al ex alcalde estaba dedicada originariamente al gran artista anarcosindicalista, pedagogo y articulista Ramón Acín, asesinado en Huesca el 6 de agosto de 1936. El escultor Alberto Gómez Ascaso, tras una conversación con Fernando Elboj, cambió la cara del personaje y la idea del monumento, aceptando dar cuerpo al nuevo encargo. De nada ha valido recordar públicamente que en Huesca fueron asesinados los ex alcaldes republicanos Manuel Sender, hermano del escritor Ramón J. Sender, y Mariano Carderera, concejales, diputados provinciales... y más de quinientas personas que defendieron la legalidad republicana y que no cuentan con un monolito donde leer sus nombres. Y recordarlo ahora que el propio PSOE promueve la exhumación de fosas comunes, la rehabilitación de la memoria histórica y la reparación moral y jurídica a las víctimas de la guerra civil y el!
franquismo. Parece que Huesca no se entere siquiera de los acuerdos del Consejo de Ministros.

Víctor Pardo Lancina - Huesca
EL PAÍS - Opinión - 15-09-2004