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MEMORIA HISTÓRICA

La provincia mantiene recuerdos franquistas en calles y plazas

La provincia mantiene recuerdos franquistas en calles y plazas FOTO: 'IN MEMORIAM'. Monumento, en Agua Amarga, a los que intentaron liberar a José Antonio.

Los falangistas propusieron que la ciudad se llamara 'Alicante de José Antonio' «Hay nombres que dan repelús y deben suprimirse», opina el cronista oficial

Lo decía el historiador Javier Tusell, por esta fechas del verano del 2000: «No hace tanto tiempo que quien consultara el nomenclátor de las calles de Alicante, una capital que no puede ser considerada como derechista, podía encontrar nada menos que 24 nombres relacionados con los vencedores de la Guerra Civil. En la práctica, todos los generales del Ejército de Franco tenían una calle...»

Hoy el panorama es bien distinto. La mayoría de símbolos, connotaciones y semántica del régimen franquista han desaparecido incluso de la conciencia colectiva. Pero aún quedan en la provincia resquicios de aquella época, sobre todo en zonas de la Vega Baja. Algunos han sido centro de polémica reciente. Como en Orihuela, donde la oposición planteó al Pleno la retirada o no del monolito dedicado a Franco, en la Glorieta. El tema está por resolver. Mientras el alcalde (PP) ofrece «un debate en silencio sin abrir heridas», Izquierda Verde, PSOE y Centro Liberal le exigen acato a la resolución del Congreso de los Diputados de hace un año.

En la mayoría de lugares, las connotaciones franquistas se han obviado, permanecen por consenso, perduran sin pena ni gloria, o fueron retiradas sin conflictos, explican Enrique Cerdán Tato, cronista oficial de la ciudad de Alicante, y el escritor Mariano Sánchez Soler. En Agua Amarga persiste, prácticamente en abandono, el monumento erigido a los cincuenta falangistas «llegados de la Vega baja para liberar a Primo de Rivera y que fueron acribillados en el Barranco de las Ovejas por la Guardia de Asalto al mando del capitán Rubio Funes», recuerda Cerdán. «El alicantino ha pasado mucho de ese monumento, típico de las obras fascistas». Y que, según añade Mariano Sánchez, «fue realizado con parte del material del monumento a los Mártires de la Libertad que existía en la Explanada». Alicante ciudad mantiene el nombre de José Antonio para uno de sus barrios y al menos una docena de calles rememoran a falangistas o militares fascistas «que participaron en la Guerra Civil pero sin ser personajes relevantes o con una fama tan fugaz que los alicantinos de hoy ignoran esa vinculación», explica Cerdán Tato.

Tucumán

Curiosa es la historia del destructor argentino Tucumán, que primero bombardeó Alicante y luego sirvió de huida a personajes franquistas «que refugiados en el consulado argentino huyeron disfrazados de marineros». Tras la guerra se puso Destructor Tucumán a un calle (antes Mariana Pineda) y actualmente se mantiene sólo con Tucumán «por lo que poca gente sabe a qué hace referencia».

Aún más interesante la anécdota que conserva, documentada, el cronista alicantino: en los años 40 el Ayuntamiento debatió una moción, respaldada por falangistas, para que la ciudad se llamara Alicante de José Antonio. «Por fortuna, no fructificó», apunta Enrique Cerdán. Para él «hay nombres de la Dictadura que provocan repelús y deben ser suprimidos; pero otros, que no crispan a nadie, se podrían conservar perfectamente».

Así es el panorama en el resto de la provincia. En Elda, la Cruz de los Caídos se mantiene erguida en el Parque de la Concordia, antes Plaza del Caudillo. En Novelda aún puede verse el águila franquista en un edificio público. En Crevillent perdura un monumento a José Antonio Primo de Rivera «donde cada 20 de noviembre los falangistas depositan una corona de laurel y entonan el Cara al Sol», explica José Vicente Más. Del casco urbano crevillentino han ido desapareciendo las calles con significados nombres de la Dictadura, excepto en el caso de personajes locales. Aquí, como en algunas otras localidades, se mantiene el nombre de José Antonio en un centro escolar.

Cruz sin placa

En Torrevieja no quedan rastros del antiguo régimen. Nada en calles o plazas recuerda a Franco o a la guerra civil. Desaparecieron todos los símbolos en los años ochenta, cuando regía la ciudad la alcaldesa socialista Rosa Mazón, informa Luisa Sánchez. El concejal de Tráfico de aquellos años, y luego Alcalde, Joaquín García, recuerda que «en la Plaza de Miguel Hernández, entonces llamada de Los Caídos, había una gran cruz con una placa que recordaba a los caídos por Dios y por España. Quitamos la placa y se quedó la cruz sin leyenda».

Nunca hubo en Torrevieja monumentos a Franco. Sólo su perfil en un bajorrelieve del Salón de Plenos, en conmemoración de la ampliación del municipio en los años 50. Sí había amplia representación de nombres del antiguo régimen en el callejero: plazas o calles del Caudillo, José Antonio, General Mola, General Sanjurjo... «Los cambiamos por Miguel Hernández, Antonio Machado, Blasco Ibáñez.» Así, la Plaza del Caudillo se llamó de la Constitución y los paseos costeros pasaron a ser de Vista Alegre y de la Libertad. Nunca se han vuelto a cambiar nombres y apenas los más mayores recuerdan a las vías con nombres de próceres de la dictadura.

La excepción son dos referentes de la dictadura, Ramón Gallud y Juan Aparicio, pero más por razones de vinculación a la localidad que por su condición ideológica. Gallud fue jefe de Falange de Torrevieja, fusilado en Alicante durante la Guerra Civil; y Juan Aparicio, director general de Prensa del Movimiento, fundador de la Falange y padre del Certamen de Habaneras, desde los años cincuenta da nombre a lo que fue durante muchos años el Paseo de las Rocas.

1 comentario

Jordan 6 -

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