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MEMORIA HISTÓRICA

Cuando Figols proclamó el Comunismo Libertario

Cuando Figols proclamó el Comunismo Libertario Figols es el primer pueblo de España en que se proclama, aun cuando sea únicamente por cinco días, el comunismo libertario. Eduardo de Guzmán. Tiempo de Historia, Num 14.1976

LA CATASTROFE

Todo sucede en contados segundos. A las nueve y media de la mañana del lunes 3 de noviembre de 1975, el primer turno de mineros llega a su lugar de trabajo: una galería de más de un kilómetro de longitud a mil metros de profundidad. Hace calor, mucho calor, tanto calor como los demás días porque la ventilación es deficiente; nadie le concede, sin embargo, la menor importancia. Están todos acostumbrados a esta temperatura y saben que la mina está clásificada oficialmente entre las «no grisosas». Tranquilamente, cada uno va a ocupar su puesto y uno de ellos oprime el pulsador que pone en marcha la gran excavadora de fabricación soviética.

La mayoría de los hombres que están en la galería no llegan a enterarse de lo que ocurre a continuación. Una formidable explosión estremece las entrañas de la montaña; el aire se incendia en el acto y un viento huracanado arrastra una gigantesca bola de fuego a lo largo de toda la galería. Los que no perecen en la explosión son aplastados por la o­nda expansiva contra las paredes del túnel o se convierten en antorchas humanas. Veinticinco mueren en el acto y nada pueden hacer por ellos quienes, alertados por el estruendo, descienden poco después, afrontando a pecho descubierto todos los riesgos, al fondo de la galería siniestrada. Unos pocos heridos son sacados con vida al aire libre; varios fallecen también unos minutos o unas horas después.

Treinta muertos en total: la mayor catástrofe minera registrada en España en los últimos cincuenta años.

La espantosa tragedia no tiene por escenario ninguna de las grandes cuencas carboníferas nacionales. Son muchos los españoles e incluso los catalanes que ignoran que en la parte alta del Llobregat, a ciento treinta kilómetros de Barcelona, existen unos yacimientos de lignitos. Cuando se habla de riquezas mineras en Cataluña, la gente piensa inevitablemente en las potasas.

Todo el mundo sabe que en el Alto Llobregat y su afluente el Cardoner, hay bajo el suelo una riqueza potásica incalculable y que no lejos de Cardona se alza la fantástica Montaña de Sal, una de las maravillas de la naturaleza. En cambio, pocos fuera de la comarca del Bergadá saben de la existencia de un pueblecito minero llamado Figols, asentado en la falda de una montaña un centenar de metros por encima del cauce angosto y retorcido del río. Menos aún están enterados de que millar y medio de obreros de todas las procedencias se ganan allí el pan en la más ingrata y peligrosa de las profesiones.

Como en todas partes, el trabajo en las minas nada tiene de agradable en Figols. Penetrar por un negro agujero en las entrañas de la tierra, recorrer kilómetros enteros por un túnel oscuro, descender luego varios centenares de metros y laborar varias horas cada día, cinco días a la semana, lejos del aire, del sol y de la luz, envueltos en el polvillo pegajoso del carbón, crea una sensación de claustrofobia que siembra la inquietud y el desasosiego en los ánimos mejor templados. El minero sabe que está en constante peligro; que cuando no es el grisú agazapado en el último rincón de la galería que se convierte de pronto en un tigre de fuego que lo devora todo a su paso, como ocurrió el día 3 de noviembre. está el riesgo de los derrumbamientos, que en estas galerias costaron no hace mucho un puñado de vidas. Y cuando uno tiene la suerte de no perecer en cualquier acciente, siempre queda la silicosis como amenaza permanente y riesgo inevitable que acabará destrozando los pulmones.

UNA HISTORIA OLVIDADA

Todos los periódicos hablan, naturalmente, de la tragedia de Figols. Pero hablan mucho menos de lo que merecía la magnitud de la catástrofe. Hasta en esto, los mineros muertos han tenido mala suerte. Porque su desgracia coincide en el tiempo con otras graves preocupaciones nacionales. El mismo lunes 3 de noviembre, es operado a vida o muerte en El Pardo el jefe del Estado Francisco Franco. El mismo día también, llega a su culminar la tensión determinada por la marcha marroquí sobre el Sahara y celebra una reunión el Consejo de Seguridad para tratar de la grave amenaza que representa para la paz.

Los españoles viven pendientes de los partes médicos que se dan cada hora, de las crónicas de Nueva York que reflejan el nerviosismo de las Naciones Unidas y de las noticias que señalan el avance a través del desierto de las multitudes movilizadas por Hassan II.

Son acontecimientos de excepcional importancia que casi monopolizan el tiempo y el espacio de los medios de comunicación. Como inevitable consecuencia, lo ocurrido en el Alto Llobregat es relegado aun segundo plano e informado en forma reducida y esquematlca.

Apenas si los periódicos mencionan el nombre de los muertos y las causas determinantes de la tragedia. Insinúan que al no trabajarse el sábado ni el domingo, el grisú pudo acumularse en cierta cantidad en una de las galerías e incendiarse el lunes al comenzar a trabajar la excavadora por alguna chispa desprendida de ésta. Algunos dicen también que los treinta trabajadores muertos dejan una veintena de viudas y medio centenar de huérfanos; que una caja de ahorros ha abierto una suscripción en favor suyo y que los familiares de las víctimas percibirán íntegras las prestaciones pecuniarias establecidas por la Seguridad Social.

Añaden poco más en días sucesivos (1). Al entierro asisten varios millares de trabajadores de las cuencas mineras del Cardoner y el Llobregat; los funerales son presididos por las autoridades provinciales y tres ministros que vienen en avión y helicóptero desde Madrid y retornan por el aire apenas terminada la ceremonia, porque los momentos son de tensión nacional e internacional. Unos cámaras de televisión toman vistas de la boca de la mina siniestrada y del interior de las galerías; del dolor lacerante de las mujeres y los chicos que han perdido al marido o al padre, de los tristes cuarteles en que residen las familias mineras y del espléndido panorama de las estribaciones de la sierra de Cadí y del Llobregat de aguas claras e impetuosas, harto distintas de las turbias que arrastrará a su paso por las cercanías de Barcelona próximo ya a su desembocadura en el mar.

No hay más, ni era lógico esperar que la hubiese dadas las circunstancias por que atraviesa el país en la primera decena de noviembre de 1975. Si acaso una petición sindical para que se investiguen a fondo las causas de la catástrofe y las medidas que deban tomarse para evitar su repetición y algunos comentarios breves, doloridos y un poco rutinarios de condolencia por la desgracia. Una semana después, es inútil buscar en las páginas de los periódicos o las informaciones de radio y televisión la menor referencia al pueblo minero. Figols vuelve a hundirse en el polvo del olvido. Sin que nadie, absolutamente nadie, haya recordado siquiera que Figols es un nombre significativo e importante en la historia social de nuestro país y del movimiento obrero internacional. Porque Figols es, hace ya más de cuarenta y tres años, el primer pueblo del mundo en que se proclama, aun cuando sea únicamente por cinco días, el comunismo libertario.

REBELION EN LAS MINAS

Los sucesos tienen lugar en la semana que va del 18 al 25 de enero de 1932. Figols Se compone entonces de tres núcleos claramente diferenciados.

Abajo, junto a la carretera y el río, el pueblo pequeño, unas fábricas textiles y la llamada colonia en que viven los que laboran en los talleres. A media ladera de la montaña, tras media hora de penosa ascensión, San José; todavía más arriba, trescientos metros más alto, San Cornelio. En San José y San Cornelio están las instalaciones mineras: las bocas de las galerías, los lavaderos de mineral y los cuarteles donde se hacinan los trabajadores.

Desde arriba el panorama es soberbio. Por todas partes se elevan las crestas montañosas besadas por el sol y cubiertas de nieve en la invernada. A lo lejos otras cimas todavía más elevadas que forman la linea fronteríza con Francia. Abajo, el Llobregat casi recién nacido. Pero lo idílico del panorama no guarda la menor relación con la dureza de la vidade los obreros. En Figols, como en Berga, Gironella, Balsareny o Sallent, en todos los pueblos y colonias que se alinean a orillas del río, la situación económica es mala y la tensión social aumenta por días. La segunda crisis internacional, desencadenada en 1929 con el crack de la bolsa de Nueva York, repercute en España. Acentuando sus perniciosos efectos está la evasión masiva de capitales y las maniobras de una plutocracia interesada en crear problemas a la República instaurada tan sólo nueve meses atrás.

A mediados de enero crece la tensión en toda la comarca porque las fábricas textiles del Llobregat no sólo niegan un aumento pedido por los obreros en proporción al aumento del coste de la vida, sino que pretenden rebajar los salarios y disminuir las plantillas. El lunes 18 de enero los obreros de las fábricas de Figols se declaran en huelga pacífica. Los somatenistas salen a la calle para restaurar un orden que nadie ha perturbado todavía y se producen algunos incidentes. Entonces una comisión de huelguistas, en la que forman varias mujeres, sube a San José y San Cornelio para solicitar que los mineros se solidaricen con ellos.

Los mineros están un tanto revueltos. De un lado porque la empresa ha despedido a treinta hombres que se niega a readmitir; de otro, porque las condiciones de trabajo son más duras en 1932 que cuarenta y tres años después. Afirman que los servicios de ventilación son deficientes, que dentro de los tajos la temperatura alcanza con frecuencia los 30 y los 35 grados, que abundan los accidentes y que los sueldos son bajos. Reunidos a la salida de las galerías deciden prestar ayuda inmediata a los trabajadores textiles.

Empiezan por desarmar a los capataces y dirigentes de las explotaciones mineras que tienen pistolas o revólveres y bajan resueltos al pueblo. Van casa por casa exigiendo a los somatenistas que les entreguen las armas y se adueñan del ayuntamiento. No chocan con la Guardia Civil porque ésta, refugiada en su cuartel, en lugar un tanto apartado del pueblo, permanece expectante deseosa de evitar una lucha sangrienta. Los trabajadores no la atacan, convencidos de que su movimiento se extenderá y que los propios guardias acabarán uniéndose a ellos cuando se convenzan de que la revolución ha triunfado en toda España.

El martes el movimiento se extiende como un reguero de pólvora por la comarca. En Manresa declaran la huelga general y cortan todas las comunicaciones. En las cuencas del Alto Llobregat y del Cardoner los trabajadores textiles, apoyados por los mineros de Sallent, Suria y Cardona, se hacen dueños de la situación.

En ninguna parte se producen choques aislados ni se ocasionan víctimas. Los trabajadores desarman a sus enemigos de clase, se apoderan de los pueblos, forman comités que se posesionan de los ayuntamientos y empiezan a organizar la vida de la comunidad sobre bases revolucionarias.

Alma del movimiento en Figols es Manuel Prieto, asturiano de origen que lleva más de treinta años trabajando como minero. Tiene ya cuarenta y tres años y es hombre de mediana estatura, recia complexión, un tanto envejecido por los sufrimientos y ligeramente cojo a consecuencia de un derrumbamiento de tierras. Carácter entero, presto siempre a sacrificarse por los demás, goza de sólido prestigio entre sus compañeros. Anarquista convencido, abomina de la violencia que considera fruto lógico de las injusticias sociales; cree en la bondad intrínseca de los hombres y en el triunfo final de las doctrinas emancipadoras. Tiene sobre sus hombros una larga serie de persecuciones, cárceles y destierros. Pero cuando puede considerarse dueño de la situación en un pueblo determinado, no siente odios ni experimenta deseos de venganza. Predica la paz y el respeto a todo lo viviente

Así cuando un grupo de mineros trata de -ejercitarse en el manejo de las armas disparando sobre un arbusto, se opone resuelto: -No. sobre ese árbol no, por que también tiene vida y siente. Tirad si queréis contra cualquier roca o al aire; pero a ese arbusto no, porque no tenéis derecho a matarlo.

COMUNISMO LIBERTARIO

En Figols primero, en otros pueblos de la comarca después, se proclama por vez primera en la historia, el comunismo libertario. No dura más que unos días, es cierto pero no por ello deja de revestir importancia. Los obreros son dueños de la situación por espacio de una semána en media docena de lugares en enero de 1932. En ningún sitio se cometen robos, asesinatos ni violaciones. En todos se da el mismo espectáculo. Los trabajadores saludan con alborozo el triunfo de la revolución. Se incautan de los ayuntamientos, izan banderas negras y rojas, anulan el dinero y compran por medio de vales.

Pero ni un sólo momento los obreros creen que el éxito les libera de la necesidad de seguir trabajando.

La organización abarca en la experiencia de Figols tres aspectos distintos: militar, económico y administrativo o político. El primero se resuelve -bien en contra de la voluntad de Prieto que las considera totalmente inútiles- con la constitución de unas milicias que defenderán a la comunidad en caso de ser atacada; el segundo, con la formación de un comité encargado de la producción y del consumo; y el tercero, con unas elecciones destinadas a la estructuración de la comuna libre.

Es preciso realizar determinadas tareas de conservación tanto en las minas como en las fábricas y los obreros las realizan voluntariamente en beneficio de la comunidad. Más adelante, cuando asegurada la transformación social se organice la nueva sociedad, tendrá como base el trabajo libre y voluntario de cuantos deban intervenir en las faenas productivas. El consumo se organiza a base del economato. Como se ha abolido el dinero, los pagos se hacen con vales que autoriza el comité revolucionario de acuerdo con las necesidades de cada individuo. (Prieto hace especial hincapié en que nadie pida más de la imprescindible y es obedecido. La prueba es que todo el pueblo de Figols no consume en el economato en el transcurso de la semana víveres ni mercancías por valor superior de las tres mil quinientas pesetas).

Las elecciones para designar los hombres que habían de dirigir la comuna libre se celebran el miércoles. Votan hombres y mujeres y los chicos mayores de dieciséis años. Por mayoría absoluta se designa al delegado general y ocho ayudantes suyos que entran en funciones inmediatamente.

(Todo esto ocurre -repitámoslo-- hace cuarenta y tres años. Visto hoy, con las dolorosas experíencias vividas desde entonces, tiene un aire de conmovedora ingenuidad. Sus protagonistas, que no ocasionaron una sola víctima, eran auténticos idealistas que soñaron posible la realización incruenta de sus más bellos sueños. Que ahora, con una perspectiva de cerca de medio siglo, comprendamos que sus ilusiones carecían de toda posibilidad de realizarse, no obsta para que ellos confiaran en su triunfo. Incluso que durante unos días creyeran realmente haber triunfado).

Pero el despertar no tarda en producirse. El mismo Manuel Prieto comprende que la realidad tiene poco que ver con sus esperanzas cuando el jueves baja como puede hasta Barcelona y se encuentra que la vida de la gran ciudad discurre con absoluta normalidad. El suyo ha sido un movimiento espontáneo de unos millares de mineros y obreros textiles, condenado desde el primer instante a un inmediato e ineludible fracaso. De nada sirve para impedirlo que los obreros barceloneses se lancen a la huelga al final de la semana Como expresión de solidaridad. El gobierno de la República, el gobierno que preside en estos momentos don Manuel Azaña. ha reaccionado tras unos días de general estupor al tener noticia de lo que sucede y el general Batet, que manda la IV Región Militar, recibe órdenes, que cumple inmediatamente, de mandar unos batallones y unas baterías que acaben con la rebelión del Alto Llobregat.

Manuel Prieto retorna el viernes, hundido y desilusionado, a Figols y da cuenta a sus compañeros de lo que ocurre. Las tropas están ocupando sin lucha ni necesidad de disparar un sólo tiro, todos los pueblos vecinos. Muchos mineros están dispuestos a resistir allí. Tienen algunos rifles y pistolas y gran cantidad de dinamita; y los más exaltados hablan de hacerse matar en las alturas de San Cornelio. No sin grandes esfuerzos, Prieto consigue hacerles desistir de su locura. La lucha sangrienta sería más que inútil, contraproducente para las ideas defendidas. No ha llegado el momento de la revolución y nada justificaría el sacrificio estéril de un puñado de vidas.

Tras larga deliberación acuerdan quedarse en Figols los que se consideren menos comprometidos y tratar de ganar la cercana frontera los restantes. Manuel Prieto marcha con estos últimos. Pero cuando ya está apunto de pisar la raya francesa se despide de sus corripañeros. Considera su deber entregarse para responder personal mente de lo lo sucedido, y se entrega.

DEPORTADOS AL SAHARA

Los sucesos del Alto Llobregat, el comunismo libertario declarado en Figols, tiene claras e importantes repercusiones en la política nacional de 1932. Como respuesta a lo ocurrido, el gobierno decide aplicar con todo su rigor la recién aprobada ley de Defensa de la República. Manuel Prieto y medio centenar más de los protagonistas del alzamiento son conducidos al «Buenos Aires», un viejo trasatlántico anclado para ser desguazado en el puerto de Barcelona. A ellos no tardan en unírsele otro medio centenar de militantes conocidos de la Confederación Nacional del Trabajo para ser deportados.

La deportación provoca un acalorado debate en las Cortes Constituyentes y la decisión gubernamental es aprobada por 162 votos a favor y 16 en contra. Entre los que se oponen están los diputados Sediles, Franco, Soriano, Botella Asensi, Barriobero, Eduardo Ortega y Gasset, Samblancat, Balbontín, Castelao y Luis de Tapia.

El " Buenos Aires" sale del puerto de Barcelona con 108 deportados a bordo, al amanecer del 10 de febrero. Días más tarde hace escala en Cádiz, donde otros o­nce hombres se unen a los deportados. Protegiendo al barco que los conduce va el destructor "José Luis Díez". Entre los deportados figuran militantes confederales tan conocidos como Buenaventura Durruti, los hermanos Ascaso, Cano Ruiz, Juan Arcas, Rueda, Bruno Lladó, Ballesteros y Ortiz. En principio el «Buenos Aires» se dirige a Bata; pero al llegar a Guinea recibe orden de dirigirse al Sahara. Tras veintitantos días de navegación los deportados desembarcan en Villa Cisneros, donde permanecen por espacio de varios meses. Durante su estancia en el Sahara hay un diputado -el comandante de aviación Ramón Franco Bahamonde- que va a verlos para denunciar seguidamente en el Parlamento la triste situación en que se encuentran.

Todo esto es lo que trae forzosamente a nuestra memoria el nombre de Figols, que en los primeros días del pasado noviembre volvió a adquirir tan dolorosas resonancias en la vida nacional.

(1) Salvo para comunicar que la cuenta corriente abierta por "Justicia y Paz" en beneficio de los familIares de las víctimas, había sido anulada por el Gobiemo Civil de Barcelona.

A las Barricadas

2 comentarios

ASQUEADO CON TANTA MENTIRA -

QUE MANGA DE ASESINOS, EMBUSTEROS Y DELINCUENTES SON USTEDES? SE SOLAZAN Y REVUELCAN EN SUS MENTIRAS COMO CERDOS EN EL FANGO.
LO UNICO QUE PUEDO DECIR ES GRACIAS GENERAL PINOCHET POR NO PERMITIR QUE LLEGARAMOS COMO LOS ESPAÑOLES A SUFRIR A TAMAÑOS ESBIRROS. SIGAN MINTIENDOSE COMO SIEMPRE, PERO SIEMPRE VAN A PERDER, CREEN QUE PORQUE PERDIERON LA SANGRE DE LOS QUE ASESINARON NO CUENTA? ASESINOS DE MIERDA, CARASDURAS, HIJOS DE PUTA!!!!QUE LISTER, EL CAMPESINO Y LA TURBA DE ASESINOS SE PUDRAN EN EL INFIERNO. A CUANTOS MATARON POR RESENTIMIENTO? PORQUE ERAN MAS LIMPIOS QUE USTEDES? PORQUE VESTIAN MEJOR? PORQUE NO LES REGALABAN LA PLATA? QUE MIERDA QUERIAN? MATABAN A LOS CURAS PORQUE LES ENROSTRABAN SUS PECADOS, PORQUE NO LOS DEJABAN VIVIR TRANQUILOIS CON SUS PECADOS? PORQUE NO LOS DEJABAN TOMAR LA MUJER DEL VECINO? CULEENSE ENTRE USTEDES EN EL INFIERNO!!!!PERO NO JODAN A LAS PERSONAS DECENTES. VIOLARON, MATERON, ROBARON, FORNICARON, Y DESPUES QUERIAN QUE LOS TRATARAN COMO BLANCAS PALOMAS? Y LAS CHECAS ASESINOS? Y LA CARCEL MODELO? Y LAS PROFANACIONES? Y LAS VIOLACIONES? Y LOS CURAS ASESINADOS? EN MI PAIS NO HAY EN TOTAL LA CANTIDAD DE CURAS QUE USTEDES MATARON. DIOS LOS CASTIGO POR QUE SON UNA ESCORIA CONCHASDESUSMADRES!!!
MI GENERAL PINOCHET LOS PARO A TIEMPO, UNA Y MIL VECES GRACIAS GENERAL, EL MAS GRANDE, EL IDOLO!!!
VIVA CHILE Y PINOCHET!!!!!!!!!

aitor -

esa gente era de la CNT, la mayoría obreros andaluces, y el artículo no dice nada, fue la primera vez que se instauró el comunismo libertario, y fueron los anarcosindicalistas de la CNT. En figols , hay un museo con la bandera de la CNT y periódicos y demás de la época. Me parece un poco fuerte que se omita todo esto, lo de la CNT